Y en la rueda giro, giro y volteo
Te veo y observo tus ojos de miel
Y en ese resplandor verde me hundo
Y me ahogo en ti, y tu pelo dorado
Me quema por dentro.
Tu piel blanca, suave y tersa me acurruca
Tu voz me recuerda al mar.
Dulce sabor a sol bebo de tus labios
Y al tocar tus manos,
Por fin he llegado a casa.
Y nada importa si no estás aquí
Y ¿si la gente hablara?,
No nos conocen,
Muero y revivo en ti, en tu voz.
Me hipnotizas, y caigo rendida.
Y recuerdo la arena y el sol bajo mis pies.
El mar llena mis oídos y la brisa me envuelve.
Y caigo suavemente en ese éxtasis.
Pero al tocar el suelo un sobresalto,
Horror de perderte, o quizá que sea solo un sueño
Una bella fantasía, abro los ojos
Veo un pedazo de papel enfrente de mí,
Escucho un susurro –escribe sobre mí-.
-Danielle-