No es el amar, sino el desear,
No son más que simples palabras,
Al aire dichas, al aire soltadas.
Las manecillas del reloj pasan,
Mientras las miradas nos dejan,
Y los susurros nos roban la vida,
Que se ha ido y queda perdida.
No es el querer, solo añorar,
Quizá el tiempo extrañar,
Mientras las bocas calladas,
Nos dejan las penas borradas.
Los labios suaves nos incitan,
Los cuerpos suaves nos excitan.
El ardor de la noche nos consume,
Terminando en la podredumbre.
Mientras vemos que no somos nada,
El alma se muere haciéndose helada,
Matando la vida que en ella reside,
Esperando que el corazón la liquide.
-Danielle-
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