Debajo de mis dedos, hay un mar
Un mar, imponente alborotado y negro
Suave pero fuerte, necio.
Siento cada ola pasar.
Tiene un suave aroma a libertad,
Y cuando el agua roza mis dedos
Siento un escalofrío
Y con él, tranquilidad.
La noche igual que el mar, negra
Con lunares recorriendo su cara,
Como pequeñas luces, que iluminan,
Brillantes, algunos pequeños; otros grandes.
Lo veo y no lo creo,
Que en un espacio tan nuestro,
Pueda encontrar un universo,
Pasando por mis manos
Y esto, es tan mío
Porque cuando recorro con mis manos,
Ese mar y esos lunares,
Sé que sólo los veré en ti...
Y quizá sólo en recuerdos, cuando recostabas tu cabeza sobre mi pecho.
Un mar, imponente alborotado y negro
Suave pero fuerte, necio.
Siento cada ola pasar.
Tiene un suave aroma a libertad,
Y cuando el agua roza mis dedos
Siento un escalofrío
Y con él, tranquilidad.
La noche igual que el mar, negra
Con lunares recorriendo su cara,
Como pequeñas luces, que iluminan,
Brillantes, algunos pequeños; otros grandes.
Lo veo y no lo creo,
Que en un espacio tan nuestro,
Pueda encontrar un universo,
Pasando por mis manos
Y esto, es tan mío
Porque cuando recorro con mis manos,
Ese mar y esos lunares,
Sé que sólo los veré en ti...
Y quizá sólo en recuerdos, cuando recostabas tu cabeza sobre mi pecho.
-Danielle-
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