Mein Leben

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Schatten-Wald, Meine Welt, Finland
"Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si estas no se aprovechan, no vuelven más. Puedo trabajar por hacer que cambie la situación. Pero hay situaciones por su esencia permanentes, aun cuando se altere su apariencia momentánea y se cubra de un velo su poder sobrecogedor: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar, estoy sometido al acaso, me hundo inevitablemente en la culpa."
Karl Jaspers

30 de agosto de 2009

Te escribo estas palabras...

Te escribo estas palabras, que quizá jamás logres escuchar,
Junto con ellas vienen mis sentimientos más profundos,
Ganas de amar, ilusiones y sueños más hermosos,
Todo lo que alguna vez fue tuyo.
Suena irónico mas nunca carente de sentido, no volveré a amar como a ti.


Confianza fuera de lo común,
Momentos que pasamos juntos y que nunca volverán.
Eres la última persona que mi corazón guardara,
La caricia que se desvanece,
Quisiera volver a sentirte tan cerca, tu piel, tus manos, tus besos.


Aquella desbordante pasión recorría mis venas
Y tu amor se albergaba en este corazón
Tus suspiros tan míos, tu cuerpo tan mío
Y yo tan tuya, mi cuerpo, alma y mente
Te extraño, lo acepto. Quizá he llegado a necesitarte


Aunque lo sé, ya no me perteneces,
No quiero dejarte ir sin embargo no me había dado cuenta de que ya estabas muy lejos.
Un nudo se empieza a formar en mi garganta mientras escribo estas palabras,
Las ansias y la angustia recorren mi cadáver
Pobres almas perdidas, pobre dolor tan herido.


Cada instante, cada segundo que transcurre muero de ganas por verte una vez más
Muero por ser tuya, muero por tu cuerpo, por tus besos
Por ti, ¿Amado mío, cuándo me asesinaras?
Quisiera fundirme contigo, tocarte, besarte, sentirte.
Te deseo perdidamente, lo acepto.


Tu cuerpo tan mío.
Aquellas caricias, aquellos lujuriosos deseos,
Tan amorosos deseos,
Melancólicas despedidas.
Podría cambiar al mundo para tenerte conmigo


Hacer que el día sea noche y la noche se convierta en día.
Tus manos acariciando mi piel, mi pecho, mi cabello,
Tus labios suaves atravesando mi espalda.
Tus caricias tan mías, como podría describirte
Si un ser tan perfecto ni siquiera puede ser nombrado


Y estas palabras tan vacías lo intentan fallidamente.
Palabras que jamás volverás a escuchar, porque quizá esta es mi despedida.
Tal vez sea la última vez que vuelva a pronunciar con tanta elocuencia
Aquellos versos que fueron alguna vez tan venerados y codiciados, añorados
Y quizá, y solo quizá por fin pueda decirte: “Hasta nunca, Amor Mío…”


-Danielle-

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